La desigualdad que viven las sociedades en el ámbito económico y social representa uno de los mayores problemas para resguardar él estado de derecho en todo momento. El hecho de que se formen grupos polarizados como resultado de claras desventajas de carácter socioeconómico refleja el desgaste de la autoridad.
Sociedades jerárquicas
La clasificación de las sociedades por estatus expresan una clara discriminación, dado que, los que son marginados dejan de percibirse como individuos con valor, olvidando así que ante la ley no debe hacerse distinción alguna en las personas. Por lo tanto, las leyes que construyen el Estado de derecho deben también plantearse como un medio de pacificación social
Control social
La reproducción de estándares sociales hace que el Estado privilegie a aquellos que son visibles por privilegios, mientras que, con las demás clases, suelen ser arbitrarios. De igual manera, la distribución de recursos e incluso de trabajo se hace de forma desproporcionada, dejando así claro que los mecanismos de control social se han trastocado por los intereses de quienes tienen más poder en las sociedades.
Esta situación hace que no haya una razón clara o un atractivo para que los grupos ya polarizados cumplan las leyes; unos ya se ven beneficiados y otros han sido excluidos.