Es claro que en tiempos de redes sociales, la información es predominantemente audiovisual y una foto o un vídeo pueden lograr mucho más para una campaña electoral que una plataforma escrita. Especialmente cuando se trata de captar la atención de los jóvenes, la imagen es la carta de presentación y un elemento fundamental para todo político.
Además de usar un vocabulario acorde a los tiempos que corren y manejar los códigos de la comunicación en internet, un candidato debe prestar particular atención a la estética. La vestimenta es importante para transmitir seriedad de cara a la ciudadanía, pero también el aspecto físico es clave. Una apariencia descuidada podría dar la impresión equivocada sobre la preparación de un político y su estado de salud.
En este sentido, las intervenciones estéticas como un implante de gluteos son cada vez más frecuentes entre los hombres y mujeres fuertes de la política. Mediante la cirugía cosmética, es posible quitarle varios años a un candidato, dando una imagen de vigor y seguridad que es vital para quienes desean ocupar cargos importantes en el gobierno.
La importancia de tener notoriedad pública
Para un candidato a un cargo de elección popular, ser conocido es un atributo casi tan importante como su formación. En la actualidad, es muy difícil que un personaje completamente desligado a este ámbito irrumpa en la escena tradicional, salvo que cuente con niveles de popularidad que permitan que la gente los identifique inmediatamente.
Incluso en el caso de políticos de carrera, un hecho tan simple como la polémica sobre un implante de glúteos podría lograr dar mayor visibilidad a un contendiente durante una campaña reñida. Además del efecto sobre la imagen, la controversia generada podría hacer que más personas tomen conocimiento del candidato y sus ideas.
Pese a que quizás no sea el modo ideal para descubrir a un futuro funcionario público, los especialistas en marketing de candidatos no dejan ningún recurso sin utilizar. El objetivo es claro: conseguir posicionar a su cliente en lo más alto de las preferencias del electorado. En este contexto, la estética es un factor que ninguna agencia publicitaria especializada en la política puede obviar.